Viajar en auto con tu perro puede ser una experiencia maravillosa o una pesadilla total, dependiendo de qué tan preparado esté tu compañero de cuatro patas. Algunos perros lo disfrutan desde el primer momento, mientras que otros se marean, se estresan o incluso entran en pánico.
En este artículo, aprenderás cómo preparar a tu perro para un viaje en auto, ya sea corto o largo, de forma segura, cómoda y libre de ansiedad.
¿Por qué es importante preparar al perro para viajar?
Muchos tutores asumen que los perros “se acostumbran” al auto con el tiempo. Pero la realidad es que:
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Un mal primer viaje puede dejar una impresión negativa duradera.
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El estrés en movimiento puede provocar vómitos, salivación excesiva o temblores.
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Un perro suelto dentro del auto es un peligro para él y para ti.
Por eso, anticiparse, entrenar y adaptar el entorno es clave para un viaje exitoso.
¿Qué tipo de perro tienes?
Antes de planificar cualquier trayecto, identifica cómo reacciona tu perro ante el auto:
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¿Lo asocia con paseos o con visitas al veterinario?
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¿Se pone nervioso al ver las puertas abiertas?
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¿Salta feliz o retrocede con miedo?
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¿Se marea o vomita?
Conocer su punto de partida te permite diseñar una rutina de adaptación.
Etapas para preparar a tu perro para el auto
1. Asociación positiva con el vehículo
Durante varios días:
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Acércate al auto con tu perro sin subir.
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Permite que lo huela, explórelo con la puerta abierta.
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Ofrece premios y caricias cada vez que se acerque sin miedo.
Consejo: No lo obligues nunca a entrar si muestra miedo. Sé paciente.
2. Subidas breves sin encender el motor
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Sube con él al auto y quédate unos minutos.
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Dale snacks, juguetes o su manta preferida.
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Repite esto varias veces hasta que esté tranquilo.
3. Auto encendido, sin moverse
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Sube con él, enciende el motor, pero no te muevas.
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Observa si se inquieta con el sonido.
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Refuerza la calma con voz tranquila o snacks.
4. Pequeños trayectos
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Inicia con viajes de 2 a 5 minutos.
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Siempre a lugares agradables (parque, paseo).
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Nunca a lugares estresantes (como la veterinaria al principio).
Aumenta gradualmente el tiempo y complejidad del trayecto.
Seguridad ante todo: cómo llevarlo en el auto
Según las leyes y recomendaciones de seguridad:
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Nunca lleves al perro suelto. Puede causar accidentes o salir herido.
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Usa uno de estos sistemas:
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Transportadora o kennel.
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Arnés de seguridad con cinturón.
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Rejilla divisoria si va en el maletero (solo en vehículos adecuados).
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Nunca lo lleves en el asiento delantero, ni en el regazo del conductor.
Qué llevar en el auto para su comodidad
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Agua fresca y recipiente.
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Su manta o cama favorita.
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Juguetes seguros.
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Toallitas húmedas y bolsas para limpieza.
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Correa y arnés extra.
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Su identificación con placa actualizada.
Si el viaje es largo:
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Haz paradas cada 2 a 3 horas.
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Permite que camine, beba y haga sus necesidades.
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Nunca lo dejes solo dentro del auto, especialmente con calor.
¿Y si se marea?
El mareo en perros es común, especialmente en cachorros. Síntomas:
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Babeo excesivo.
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Vómito.
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Jadeo.
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Inquietud.
Qué hacer:
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Evita dar comida 2-3 horas antes del viaje.
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Mantén el auto ventilado.
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Usa un kennel, ya que reduce la estimulación visual.
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Consulta con tu veterinario sobre medicación preventiva (si el mareo es frecuente).
¿Y si tiene ansiedad o miedo?
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Empieza con entrenamientos muy graduales.
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No lo obligues ni regañes.
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Usa feromonas sintéticas o música relajante.
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Premia siempre el comportamiento tranquilo.
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Considera apoyo de un etólogo si el miedo es intenso.
Cómo saber si tu perro está disfrutando el viaje
Un perro cómodo en el auto:
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Se tumba relajado o mira por la ventana con curiosidad.
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No ladra, jadea excesivamente ni intenta escapar.
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Se muestra tranquilo al llegar al destino.
Viajes largos o vacaciones: consejos adicionales
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Lleva su cartilla veterinaria y contacto del veterinario de destino.
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Revisa si el lugar al que vas acepta mascotas.
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Asegúrate de que tenga chip o identificación actualizada.
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Lleva suficiente alimento de su dieta habitual.
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Mantén su rutina lo más estable posible.
Conclusión: un viaje tranquilo empieza en casa
Viajar en auto con tu perro no tiene por qué ser estresante. Con tiempo, práctica y respeto por su ritmo, puedes enseñarle a disfrutar del trayecto tanto como del destino.
Recuerda: el éxito del viaje no se mide solo por llegar, sino por cómo lo viven juntos. Y si logras que tu perro suba feliz al auto, habrás dado un gran paso en su confianza… y en su felicidad.