Algunas personas creen que es normal que su perro ladre, salte o se estrese cuando llegan visitas. Sin embargo, estas conductas no solo incomodan a los invitados, sino que también indican que el perro se siente inseguro, ansioso o demasiado estimulado. Con preparación, práctica y empatía, puedes ayudar a tu perro a recibir a las personas en casa de forma más tranquila y controlada.
En este artículo aprenderás por qué algunos perros reaccionan de forma exagerada ante las visitas, qué pasos seguir para prepararlos y cómo manejar la situación durante y después del encuentro.
¿Por qué algunos perros se alteran con las visitas?
Los perros interpretan las visitas de diferentes maneras, según su personalidad, experiencias pasadas y socialización. Las causas más comunes de un mal comportamiento ante las visitas son:
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Ansiedad por separación o sobreexcitación.
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Falta de socialización con personas desconocidas.
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Reactividad territorial (protección del hogar).
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Experiencias negativas pasadas con extraños.
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Falta de límites claros o entrenamiento.
Entender qué motiva su reacción es el primer paso para ayudarlo.
Señales de que tu perro necesita preparación ante las visitas
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Ladridos insistentes o nerviosos.
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Saltos descontrolados sobre las personas.
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Corre de un lado a otro.
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Intenta morder por miedo.
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Se esconde o tiembla.
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Hace pis por nervios o emoción.
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No obedece comandos durante la visita.
Estas conductas no deben ser ignoradas ni castigadas, sino trabajadas con empatía y constancia.
Antes de la visita: prepara el ambiente y a tu perro
1. Gasta su energía
Antes de que lleguen los invitados, lleva a tu perro a dar un paseo largo, juega con él o realiza actividades de olfato. Un perro mental y físicamente cansado estará más relajado.
2. Crea una zona segura
Prepara un espacio cómodo donde tu perro pueda refugiarse si lo necesita:
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Su cama o una habitación tranquila.
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Juguetes o mantas que le resulten familiares.
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Música relajante o difusores de feromonas (opcional).
Consejo: si tu perro se siente muy inseguro, no lo obligues a interactuar.
3. Practica comandos básicos
Refuerza comandos como:
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“Sentado”.
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“Quieto”.
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“Lugar” (para que vaya a su cama).
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“No saltes”.
Practica estos comandos antes de la visita con premios y refuerzos positivos.
4. Avísales a tus invitados
Pide a las personas que lleguen con calma, sin gritos ni contacto visual directo con el perro. Indica que no lo toquen si está nervioso. Evita visitas muy bulliciosas si estás en proceso de entrenamiento.
Durante la visita: maneja la situación con calma
1. No lo obligues a saludar
Permite que el perro se acerque cuando se sienta listo. Obligar el contacto puede aumentar su estrés.
2. Usa la correa si es necesario
Si tu perro tiende a saltar o ladrar sin control, mantenlo con correa mientras se adapta a la presencia de los invitados. No la tenses, solo úsala para redirigir si hace falta.
3. Refuerza el buen comportamiento
Cada vez que se mantenga tranquilo, ignora al invitado o siga un comando, recompénsalo con voz suave, caricias o un premio. Así aprenderá que su calma tiene consecuencias positivas.
4. Observa su lenguaje corporal
Atiende señales de incomodidad:
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Bostezo exagerado.
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Orejas hacia atrás.
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Evita la mirada.
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Se lame el hocico repetidamente.
Si las notas, permite que se retire a su zona de descanso.
5. No lo regañes si ladra
Ignorar el ladrido (si no es agresivo) y reforzar el silencio suele funcionar mejor. El castigo solo aumenta la ansiedad.
Después de la visita: evalúa y refuerza
Cuando tus invitados se vayan:
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Felicita a tu perro si logró mantenerse más tranquilo.
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Analiza qué funcionó y qué no.
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Repite el proceso con otras visitas progresivamente.
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Mantén la práctica regular de obediencia y socialización.
¿Y si mi perro tiene miedo o es agresivo?
En casos de miedo extremo, traumas pasados o comportamientos agresivos, lo mejor es trabajar con un educador canino o etólogo. Forzar situaciones sin guía profesional puede empeorar la conducta.
Actividades que ayudan a mejorar la socialización en casa
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Invita a una sola persona tranquila por vez.
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Simula visitas tocando el timbre y premiando la calma.
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Practica “visitas falsas” con familiares que colaboren.
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Trabaja el control de impulsos con ejercicios de espera, autocontrol y olfato.
Conclusión: enseñar a tu perro a recibir visitas es un proceso
Recibir personas en casa no debería ser motivo de estrés para tu perro ni para ti. Con preparación, empatía y consistencia, puedes enseñarle a gestionar mejor su emoción, controlar sus impulsos y ganar seguridad.
Transformar este momento en algo positivo fortalecerá la convivencia, mejorará su comportamiento general y hará que las visitas sean una experiencia agradable para todos.