Cómo evitar que tu perro mastique muebles, zapatos u otros objetos de casa

Uno de los comportamientos más frustrantes para los tutores de perros es descubrir que su perro ha destrozado un cojín, un zapato o una pata de mesa. Aunque para nosotros esto parece una conducta destructiva e injustificada, para los perros masticar es una necesidad natural. Aprender por qué lo hacen y cómo canalizar esa energía es clave para evitar daños y mejorar la convivencia.

En este artículo verás por qué los perros mastican objetos, cómo prevenirlo y qué hacer si ya ha comenzado a ocurrir en tu hogar.

¿Por qué los perros mastican?

Masticar no siempre es sinónimo de mal comportamiento. Es una actividad instintiva y beneficiosa si está bien dirigida. Algunas de las razones más comunes por las que un perro mastica objetos indebidos son:

1. Exploración (en cachorros)

Los cachorros, como los bebés humanos, exploran el mundo con la boca. Además, durante el cambio de dientes, entre los 3 y 7 meses, necesitan aliviar molestias en las encías.

2. Aburrimiento o falta de estímulo mental

Un perro que pasa muchas horas solo, sin juego, paseo ni interacción, buscará entretenerse por su cuenta.

3. Ansiedad por separación

La ansiedad intensa por la ausencia del tutor puede generar comportamientos destructivos como una forma de liberar tensión.

4. Exceso de energía

Si no descarga su energía con actividad física o mental, la liberará con lo que tenga a mano… o a pata.

5. Falta de límites claros

Si nunca se le enseñó qué puede o no masticar, el perro no sabe diferenciar tus zapatos de su juguete de cuerda.

6. Problemas dentales o físicos

Algunos perros adultos mastican para aliviar molestias en la boca. En casos raros, puede ser síntoma de una enfermedad.

¿Cómo prevenir que tu perro muerda objetos?

1. Proporciónale juguetes adecuados para masticar

  • Usa mordedores resistentes, de caucho, nylon o tela reforzada.

  • Alterna los juguetes para que no pierdan interés.

  • Evita objetos que se parezcan a los que no debe morder (como zapatillas viejas).

Consejo: rellena juguetes tipo Kong con comida húmeda y congélalos para mantenerlo entretenido.

2. Haz suficiente ejercicio físico y mental

  • Asegúrate de que tu perro salga a pasear diariamente.

  • Incluye juegos de olfato, entrenamiento con premios o juguetes interactivos.

  • Jugar en casa también cuenta (tirar la pelota, buscar objetos).

Un perro cansado es un perro tranquilo.

3. Supervisa y limita el acceso

  • No dejes zapatos, ropa o bolsas a su alcance.

  • Usa barreras o puertas para restringir zonas si no puedes supervisarlo.

  • Guarda objetos valiosos mientras aprendes a convivir con él.

4. Enséñale qué sí puede masticar

  • Cuando lo veas mordiendo algo permitido, felicítalo y prémialo.

  • Si muerde algo indebido, interrumpe suavemente (“no”, “eh”) y redirígelo a un juguete.

Repite este proceso con calma y constancia.

5. Usa repelentes o estrategias disuasorias

  • Existen sprays con olores desagradables para los perros que puedes aplicar en muebles o cables.

  • Asegúrate de que sean productos no tóxicos y específicos para mascotas.

No sustituyen el entrenamiento, pero pueden ayudarte como apoyo.

6. No uses castigos físicos

  • No grites, no lo sacudas ni frotes su hocico con lo que rompió.

  • El castigo genera miedo, no aprendizaje. El perro puede dejar de masticar… frente a ti, pero no entender por qué.

¿Qué hacer si lo descubres “in fraganti”?

  • No pierdas la calma.

  • Redirígelo a un juguete.

  • Ignora el objeto dañado, no le des atención.

  • Refuerza el buen comportamiento con elogios y premios.

¿Y si ya es un hábito establecido?

  • Refuerza la rutina de paseos, juegos y ejercicio.

  • Supervisa más de cerca sus movimientos dentro de casa.

  • Usa jaulas o corrales de forma positiva (no como castigo) para evitar destrozos en tu ausencia.

  • Aumenta la estimulación con juegos mentales diarios.

La mayoría de los perros dejan de destruir al sentirse bien física y emocionalmente.

¿Cuándo consultar a un profesional?

  • Si la conducta persiste pese a tus esfuerzos.

  • Si el perro ingiere objetos (riesgo de obstrucción intestinal).

  • Si hay signos de ansiedad severa (aullidos, temblores, vómitos).

  • Si los daños son intensos y frecuentes.

Un etólogo o adiestrador puede ayudarte con un plan personalizado.

Conclusión: canalizar, no castigar

Masticar es natural para los perros. No es venganza ni desafío: es su forma de explorar, aliviar tensiones o entretenerse. Nuestro trabajo como tutores no es reprimir ese instinto, sino dirigirlo hacia los objetos adecuados.

Con paciencia, educación positiva y un entorno estimulante, tu perro aprenderá a vivir en armonía contigo… y tus muebles quedarán a salvo.

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