Las almohadillas de los perros —esas zonas acolchadas que se encuentran en la parte inferior de sus patas— son fundamentales para su movilidad, equilibrio y bienestar general. Aunque están diseñadas para resistir, también son sensibles a altas temperaturas, superficies ásperas, productos químicos o terrenos irregulares. Una herida o irritación en estas zonas puede causar dolor, cojera y hasta infecciones si no se cuidan adecuadamente.
En este artículo aprenderás cómo proteger y cuidar las almohadillas de tu perro durante los paseos, qué productos utilizar, y qué hacer si presenta lesiones o molestias.
¿Qué son las almohadillas y por qué son tan importantes?
Las almohadillas (también llamadas cojinetes plantares) cumplen funciones clave en la vida de tu perro:
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Amortiguan el impacto al caminar, correr o saltar.
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Protegen huesos y articulaciones.
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Aportan tracción y equilibrio.
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Permiten caminar sobre terrenos ásperos o irregulares.
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Tienen glándulas sudoríparas que ayudan a regular la temperatura.
Aunque parecen resistentes, están compuestas de piel gruesa que puede resecarse, agrietarse o lesionarse si no se cuida adecuadamente.
Factores que dañan las almohadillas
1. Altas temperaturas
El asfalto caliente en verano puede causar quemaduras graves. Si tú no puedes mantener la mano sobre la superficie por más de 5 segundos, tampoco lo debería hacer tu perro.
2. Frío extremo
La nieve, el hielo o la sal que se usa en calles puede provocar grietas dolorosas y sequedad extrema.
3. Superficies rugosas o abrasivas
Caminatas largas sobre piedra, tierra suelta, cemento irregular o grava pueden desgastar las almohadillas.
4. Productos químicos
Fertilizantes, detergentes, productos de limpieza o incluso el cloro de la piscina pueden irritarlas.
5. Falta de hidratación y cuidado
La piel de las almohadillas también necesita mantenerse hidratada y libre de heridas o suciedad acumulada.
Cómo cuidar las almohadillas de tu perro en el día a día
1. Revisa sus patas después de cada paseo
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Busca cortes, espinas, piedras pequeñas, irritaciones o enrojecimientos.
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Si notas algo inusual, limpia con una gasa y agua tibia.
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Seca bien para evitar humedad acumulada.
2. Hidrata regularmente
Usa cremas específicas para almohadillas caninas. No apliques productos humanos (como vaselina o cremas cosméticas), ya que pueden ser tóxicos si los lame.
Aplica por la noche y deja que se absorba mientras descansa.
3. Evita pasear en horarios extremos
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En verano, pasea temprano por la mañana o al caer la tarde.
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En invierno, evita el hielo o la nieve prolongada.
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Camina por zonas con sombra, césped o tierra.
4. Usa botas protectoras si es necesario
Existen botas o calcetines especiales que protegen contra:
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Calor o frío extremo.
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Caminatas prolongadas por zonas duras.
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Heridas en proceso de curación.
Consejo: permite que se acostumbre a ellas en casa antes de usarlas en la calle.
5. Mantén las uñas bien cortadas
Las uñas largas alteran la forma en que el perro apoya las patas, provocando presión excesiva en las almohadillas. Córtalas regularmente con ayuda de un profesional o en casa con cuidado.
6. Limpia las patas después del paseo
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Usa un paño húmedo o toallitas para perros.
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Seca bien entre los dedos.
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Así evitas la acumulación de tierra, sal o productos químicos.
Qué hacer si tu perro tiene una lesión en las almohadillas
Signos de lesión:
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Cojera.
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Sangrado.
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Agrietamiento profundo.
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Lamerse compulsivamente las patas.
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Rechazo al contacto.
Primeros auxilios básicos:
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Lava suavemente con agua tibia.
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Aplica un antiséptico suave (apto para perros).
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Cubre con una gasa estéril y venda sin apretar.
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Evita que se lama (puede necesitar un collar isabelino).
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Consulta al veterinario si la herida es profunda o no mejora en 24-48 horas.
Nunca apliques productos cicatrizantes humanos ni automediques.
¿Es necesario endurecer las almohadillas?
Algunos perros muy activos (como los que hacen senderismo, agility o acompañan en largas caminatas) necesitan una mayor resistencia en las almohadillas. Para ellos:
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Aumenta la actividad gradualmente para que se adapten.
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Usa ceras protectoras antes de salir.
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Alterna superficies blandas y duras durante los paseos.
Consejos adicionales
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No permitas que camine mucho sobre superficies mojadas (puede reblandecer la piel).
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Si vives en zonas con nieve o sal en la calle, lava sus patas al regresar.
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Premia siempre el cuidado con caricias o snacks para que lo asocie positivamente.
Conclusión: sus patas lo llevan a todas partes, protégelas
Las almohadillas de tu perro soportan cada paso que da contigo. Cuidarlas es una parte esencial de su bienestar físico y emocional. Con pequeñas acciones diarias puedes prevenir lesiones, molestias y asegurarte de que cada paseo sea cómodo y feliz.
Recuerda: un perro que camina con seguridad y sin dolor es un perro más libre, activo y saludable. Y eso, sin duda, es parte de una vida plena junto a ti.