Uno de los desafíos más comunes, especialmente con cachorros o perros recién adoptados, es enseñarles dónde deben hacer sus necesidades. Aunque algunos aprenden rápido, otros necesitan más tiempo y paciencia. La buena noticia es que con una rutina adecuada, refuerzo positivo y constancia, todos los perros pueden aprender a ir al baño en el lugar correcto.
En este artículo aprenderás cómo entrenar a tu perro para que haga sus necesidades donde tú quieras, ya sea dentro de casa en una bandeja sanitaria o en la calle.
¿Por qué es importante enseñar este hábito?
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Mejora la higiene del hogar.
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Facilita la convivencia.
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Refuerza tu autoridad como guía.
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Reduce el estrés tanto para el perro como para el tutor.
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Ayuda a crear una rutina estable.
Consideraciones antes de comenzar
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Los cachorros no pueden controlar su vejiga por muchas horas. Necesitan más salidas o cambios de empapador.
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Los perros adultos recién adoptados también deben ser entrenados desde cero si nunca aprendieron o si vivieron en malas condiciones.
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Los cambios de entorno (mudanzas, viajes) pueden desorientar al perro y hacer que olvide temporalmente su entrenamiento.
1. Define el lugar correcto
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Si vives en un departamento, puedes usar una bandeja sanitaria o empapador.
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Si vives en casa con patio, delimita una zona específica con tierra o césped.
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Si tu perro ya sale a la calle, mantén horarios fijos de paseo para que relacione el exterior con el momento de hacer sus necesidades.
Importante: no cambies el lugar durante el proceso de aprendizaje.
2. Establece una rutina clara
Llévalo al lugar correcto en los siguientes momentos:
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Apenas se despierta.
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Después de comer.
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Después de beber agua.
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Después de jugar.
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Antes de dormir.
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Cada 2 a 3 horas si es cachorro.
Entre más veces practique, más rápido aprenderá.
3. Premia de inmediato
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Ten snacks pequeños a mano.
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Premia justo cuando termine de hacer, no después.
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Usa también elogios (“muy bien”, “bravo”) con voz alegre.
No esperes a entrar en casa para premiarlo. El refuerzo debe ser inmediato.
4. Supervisa constantemente
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No dejes al perro solo por largos periodos sin supervisión, especialmente en las primeras semanas.
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Si empieza a olfatear, girar o agacharse, llévalo al lugar correcto.
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Dentro de casa, puedes usar corralitos, jaulas (de forma positiva) o puertas para limitar el acceso a zonas no deseadas.
5. No castigues si se equivoca
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Si encuentras un accidente, no regañes ni frotes su hocico en la orina.
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Limpia con productos enzimáticos para eliminar el olor y evitar que vuelva a marcar allí.
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Si lo ves en el momento, interrúmpelo suavemente (“eh”) y llévalo al lugar correcto. Si termina ahí, premia.
El castigo genera miedo, no aprendizaje.
6. Usa comandos
Puedes enseñarle una palabra clave como:
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“Haz pipí”
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“Al baño”
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“Vamos rápido”
Repítela siempre que lo lleves a hacer sus necesidades y premia cuando lo haga bien. Con el tiempo, aprenderá a asociar el comando con la acción.
7. Adapta el entrenamiento a tu entorno
Si usas empapadores:
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Al principio, cubre una zona amplia del suelo con varios empapadores.
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A medida que acierte, reduce la cantidad hasta que solo quede uno.
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Mantén el empapador limpio, pero deja un poco de olor para que identifique el sitio.
Si quieres que aprenda a ir fuera:
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Siempre lleva premios al paseo.
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Camina hacia el mismo sitio los primeros días.
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No regreses inmediatamente después de que haga: deja unos minutos extra para que no relacione el hecho de hacer con el fin del paseo.
¿Y si no aprende?
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Evalúa si la rutina es suficientemente clara.
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¿Estás premiando en el momento adecuado?
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¿Estás siendo constante o cambias de sitio u horarios?
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¿Hay algo que lo distrae o asusta en el lugar elegido?
Si todo falla, consulta con un adiestrador canino positivo.
¿Cuánto tiempo tarda en aprender?
Depende del perro, pero con buena constancia:
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Cachorros: 2 a 4 semanas en entender, varios meses en perfeccionar.
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Adultos adoptados: pueden tardar de 1 a 3 semanas si no hay trauma.
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Perros con miedo o traumas: el proceso puede ser más largo, pero es posible.
Conclusión: paciencia, constancia y refuerzo positivo
Enseñar a tu perro a hacer sus necesidades en el lugar correcto requiere tiempo, pero los resultados hacen la diferencia. Una buena rutina, atención a los horarios, mucho refuerzo positivo y cero castigos son las claves del éxito.
Recuerda: cada vez que lo hace bien y tú lo premias, estás construyendo un hábito que les dará tranquilidad, higiene y armonía a ambos.